sábado, 18 de octubre de 2014

HADAS MADRINAS

En los Cuentos de Hadas, el “hada madrina” (en inglés: fairy godmother) se trata de una criatura con energías mágicas que actúa como mentora o madre de alguna persona, desempeñando un papel de cuidado, cariño y protección atribuido habitualmente a los padres reales, en muchas sociedades.

En el famoso libro Cenicienta, de Charles Perrault, este autor concluye el cuento con una moraleja cínica: ninguna ventaja personal será suficiente sin tener las conexiones apropiadas. El hada madrina constituye el ejemplo más adecuado de esta afirmación.
En realidad, las hadas madrinas son de rara aparición en los cuentos populares, pero se hicieron más familiares gracias al renombre adquirido por los relatos literarios donde intervienen hadas, como los escritos por Madame d'Aulnoy y el citado Charles Perrault.

Varios elementos sobrenaturales constituyen un patrón en los cuentos de hadas; entre ellos, la aparición de diferentes tipos de animales personificados o el auxilio ofrecido por el fantasma de una madre muerta.

El hada madrina es una figura inspirada en las Moiras griegas; este parentesco resulta evidente en la historia de La bella durmiente. Aquí, estas deidades clásicas decretan de antemano el destino de la protagonista.

En los cuentos de hadas más tardíos, estas criaturas maternales se preocupan especialmente por el bienestar de sus ahijados (es decir: los personajes apadrinados) y cuidan su fortuna personal, mientras que las hadas del antiguo folklore tenían sus propios intereses.
Por lo general, el protegido del hada madrina es un príncipe, princesa o se trata del héroe de la historia. Ella suele emplear sus dones mágicos para ayudarlo.

El ejemplo más conocido es, probablemente, el hada madrina de Cenicienta. También aparecen varias hadas madrinas en La Bella Durmiente (en el original de Perrault y en las reelaboraciones posteriores de los Hermanos Grimm).
La popularidad adquirida por estas versiones literarias convirtió al hada madrina en un motivo o adorno infaltable de los cuentos de hadas, aunque –como indicamos anteriormente– los originales populares no la contaban entre sus personajes obligados.
Aunque Perrault agregó al hada madrina en La bella durmiente, cabe destacar que en la fuente original Sol, Luna y Talía escrita por Giambattista Basile, tal figura jamás aparece.

Por último, en la variante de Cenicienta, escrita por los Hermanos Grimm, Aschenputtel no es auxiliada por su hada madrina sino por el espíritu de su madre muerta. Una gran variedad de criaturas puede adoptar ese rol.