sábado, 31 de octubre de 2009

Las aficiones de las Hadas



Entre las aficiones de las hadas hay una común a todas ellas: su pasión por la música. Además de que les gusta, demuestran que tienen un gran talento, buen oído y una hermosísima voz. Ulises en la Odisea no tenía miedo de la belleza de las sirenas, sino de su voz, tan dulce y sugerente que les hechizaba, perdían toda conciencia y eran atraídos hacia ellas, provocando que chocaran los barcos y los marineros muriesen ahogados. Disney supo aprovechar bien esta afición de las hadas para crear una fantástica banda sonora para su “sirenita”.

Es tal su pasión por la buena música que se dice que alguna vez no han podido resistirse y han raptado a destacados gaiteros gallegos para que les acompañen en sus bailes. Con los gaiteros han llegado a un buen intercambio de conocimientos, ellos les llevaron su música, y ellas les enseñaron sus canciones.


La música les gusta en todas sus expresiones, disfrutan cantando, tocan el violín, la flauta, el arpa, la armónica, les encanta tocar los platillos y saltar a su son, se divierten bailando, ...


En cuanto al baile, la danza de las hadas es muy peculiar. Se reúnen en corro, formando un círculo, un círculo mágico, y a su alrededor saltan y bailan de modo alegre y despreocupado. Lo que no soportan es que alguien curiosee por allí cuando ellas bailan, por lo que puede ser peligroso para el ser humano que lo intenta, que siente una atracción que no puede controlar y que le lleva a unirse a ese círculo. El encanto de la música, la algarabía del ambiente, los pitos, saltos y cantos, acaban atrayéndolo a su interior, y si sucumbe y entra queda atrapado en su mundo.


Cuentan que las noches previas al cambio de estación, las hadas salen al exterior a divertirse con sus bailes y danzas, en el apogeo de sus poderes. La noche más propicia para encontrar un corro de hadas es la Noche de San Juan, su noche preferida. Si una noche, por el bosque, descubre muchas lucecitas a lo lejos que parece que saltan y una música desconocida, está usted asistiendo al baile de las hadas.

Además de la música y la danza, otra afición de las hadas son las cabalgatas.


Para las hadas cualquier día puede ser motivo de fiesta, aunque tres son las noches mágicas en que las leyes mortales quedan derogadas y las hadas salen a celebrarlo al exterior: la noche de San Juan, inicio del solsticio de verano; la noche de Beltane, víspera del Primero de Mayo; y el 31 de Octubre, víspera del Día de Todos los Santos.

En estas tres noches se sucede el siguiente rito.

Primero preparan sus cortejos mágicos, iniciando un magnífico desfile. Las hadas se ponen sus mejores galas, sus vestidos de rasos y tules. Les acompañan sus corceles, adornados con campanillas y borlas de colores, con el máximo colorido posible, y justo cuando llega la medianoche avanzan en procesión. El orden suele estar establecido, delante los reyes, con todos los honores, y detrás de ellos los siguen los principales caballeros a la orden del rey. Suenan las gaitas, los tambores. Primero un estandarte rojo y un grupo de caballeros, luego el estandarte verde y detrás los caballeros, más tarde el estandarte blanco y detrás más caballeros.

Cierra el desfile el resto de hadas y cortesanos. Unas avanzan a caballo, otras danzando y bailando a su alrededor. A estas procesiones se les conoce como “correrías de las hadas”.

Cuando termina el desfile se reúnen en círculos alrededor de la hierba y da comienzo el baile. Iluminan el lugar con la luz de las antorchas y al son de las gaitas cantan y danzan hasta el amanecer.

Todos saben, o al menos todos deberíamos saber, que en ninguna de estas noches se debe molestar a las hadas, porque si algún mortal, llevado por la curiosidad, atraviesa sus dominios, éstas se pueden mostrar crueles, hacerles sufrir y burlarse de ellos para castigar su osadía.


La noche de San Juan, noche mágica en todas las culturas, se celebra el 23 de Junio, noche anterior a la Epifanía de San Juan Bautista. Por toda Europa los campesinos celebraban esta noche encendiendo grandes hogueras, celebrando así la llegada del verano. Era una manera de exorcizar los malos espíritus para que las cosechas fueran favorables.

El fuego es uno de los cuatro elementos de la naturaleza y un elemento fundamental en los ritos, en cierta manera asociado a su contrario o complementario, el agua.

Ambos representan el final de algo y el principio de algo nuevo. Si el agua significa la purificación y el nacimiento, el fuego es la ruptura con lo anterior para empezar de cero construyendo algo nuevo. Cuando queremos olvidar algo malo no hay mejor manera que quemarlo, destruirlo, con la esperanza de que lo que venga será mejor. Por eso la noche de San Juan es una noche mágica, con las hogueras quemamos el pasado e iniciamos un ciclo nuevo, el verano, que esperamos sea próspero.


Otra noche mágica cargada de gran simbología en todas las culturas es la noche del 31 de octubre, o víspera de Todos los Santos Difuntos. El peligro de esta noche es que no sólo las hadas salen a celebrarlo, sino que también acuden los espíritus malignos, los espíritus de los muertos que no están en paz. Los mortales deben tomar mayores precauciones esa noche, porque pueden cruzarse con una procesión de almas difuntas que los llevarán con ellas.

Según parece el origen de la celebración de la noche de Halloween en Inglaterra está relacionado con las huestes, las hadas malignas. Los antiguos druidas creían que la noche anterior a lo que hoy es el Día de Todos los Santos Difuntos (el 1 de Noviembre), Samán, el señor de la muerte, convocaba a las huestes de los espíritus malignos y, para protegerse de ellos, los druidas encendían grandes hogueras. Para los celtas, los muertos bajaban esa noche a su antigua morada, la tierra.

La tradición de encender hogueras por estas fechas sobrevivió hasta épocas modernas. Con el paso del tiempo se añadieron nuevos ritos, utilizar calabazas huecas iluminadas por la luz de una vela en su interior, disfrazarse y pedir caramelos y chucherías por las calles, convirtiendo esta noche en una diversión. Por eso los disfraces más apropiados para esa noche son los de esqueleto, en referencia a los muertos, las brujas y otros personajes temidos, como Drácula. Es un modo de exorcizar los humanos a los malos espíritus.

Otra afición compartida por muchas hadas es la caza, aunque no es común a todas ellas, es la aristocracia féerica la que prefiere este deporte. Dicen que las hadas aristocráticas cazan venados acompañadas de perros blancos con orejas rojas. Aunque otras hadas también son conocidas por la caza, la temida Sluagh, que se divierte con un juego macabro, cazar almas montadas en caballos de ojos de fuego. Esto último suena a cuento, probablemente de hadas.

jueves, 22 de octubre de 2009

Sealkies, Hadas de Mar



El agua, sumamente vital para los seres humanos, posee propiedades importantes también en el mundo de las criaturas mágicas. El agua es un elemento que puede curar, porque limpia y purifica.

El elemento agua, aunque gobernado por las ondinas, es el habitat de muchas otras criaturas mágicas. La gran mayoría de ellas, de género femenino, son afines a los atardeceres, el otoño, la plata, el mercurio y la energía receptiva.

Por lo general, estos seres del agua son bellos y benévolos. Sin embargo, las que viven en lagos y mares suelen ser menos afables que las asociadas a ríos y arroyos.

Sealkies
Selkie es un vocablo de tradición celta que significa 'foca', por lo tanto, las sealkies también son conocidas como 'hadas focas'.

Según las leyendas, las sealkies habitan las costas de Escocia y pueden deshacerse de su piel de foca para transformarse en bellas mujeres: si un hombre encuentra su piel, la selkie se transformará inevitablemente en su esposa.

domingo, 11 de octubre de 2009

¿Cómo podemos invocar a los duendes?



Los duende odian los gritos, las amenazas, los golpes y las mentiras.

Podemos intentar atraerlos con música tranquila y en especial, música clásica en la que suene el sonido de una flauta.


Si quieres que te acompañen en tu vida, harás sonar música suave en la cocina.

Y olvídate del reloj. Los duendes no tiene prisa!


El mejor momento para comunicarte con ellos es durante el día, cuando el sol

esté en lo alto del horizonte.

Este ritual, sin duda,lo debes llevar a cabo en la cocina.


Para contactar con tus duendes, debes preparar un tarta con miel en lugar de azúcar

y agregar nueces o almendras.

Una vez cocida, la sacas del horno y dejas que se enfríe un poco.

Cortas una porción generosa,la colocas en un plato de barro cocido o loza, preferiblemente de color blanco.

Añades leche en una taza (no desnatada!); una maceta con una planta bonita (debe ser una planta sin espinas)

y pones una servilleta como mantel.

Como los duendes no se llevan bien con el fuego, no uses inciensos ni velas.

Una vez que tengas todo preparado,cerrarás los ojos y dirás:

"Yo (nombre y apellidos completos)

invoco a los duendes que viven en la cocina de mi casa y les doy la bienvenida

a mi hogar. Prometo que siempre compartiré la comida que prepare y, a cambio, les pido que bendigan mi casa y a mí mism@.

Qué siempre sobre el dinero y la abundancia en nuestra familia.

Invoco su gracia para todas las personas que aquí viven.

Y les agradezco lo que ya están haciendo por mí".


A partir de esta invocación, cada vez que cocines,separarás una pequeña porción

(es un simbolo) de lo cocinado y lo dejarás sobre la servilleta que hace de mantel

para los duendes,fuera de casa, en el lado exterior de la ventana.


Les encanta lo dulce con miel,crema, frutos secos pero no puedes ofrecerles carne

ni salsas porque no lo aceptarán.


A la mañana siguiente,cogerás esa pequeña porción,la envolverás en un papel blanco

y la echarás a la basura.


Si durante unos días no has podido cocinar,un montoncito de azúcar o alguna galleta

les hará felices.

Recuerda que es muy importate dejarles algo nuevo todos los días.

Renueva la servilleta porque son escrupulosos con la limpieza y cuida de la planta que les has regalado.


A los duendecillos les maravillan las cosas brillantes, tanto si tienen valor real como si no lo tienen a nivel económico.

Si en tu casa reina la prosperidad significa que los duendes están llevando

a cabo sus tareas y una buena idea es hacerles un regalo:

Un collar, una pulsera, piedras de colores,canicas, etc.serán muy apreciados por estos seres mágicos.

Puedes dejarlos junto a la maceta,en su servilleta o cerca de la ventana.

FUENTE: el blog campanilla08

sábado, 3 de octubre de 2009

Hadas de Fuentes y Bosques



Las hadas de las cuevas, llamadas “lamias”, inspiraron poemas de los escritores anglosajones John Keats y Robert Burton.

También tenemos las “hadas de las fuentes”, conocidas como “ninfas”. Según la mitología helénica, una ninfa es un espíritu femenino de la naturaleza, vinculado a un sitio geográfico en especial.

Habitualmente acompañaban a los dioses y eran el “blanco perfecto” de sátiros lascivos. Las ninfas personificaban labores creativas, tareas del intelecto. Su etimología, en griego, se traduce como “novia” y “velado”, es decir: alude a la mujer casada o en edad de contraer matrimonio.

Otro posible origen de la palabra se remonta al latín “nubere” y al alemán “Knospe”, cuyo significado connota la idea de “crecimiento”. De acuerdo con Hesiquio de Alejandría, “ninfa” quiere decir “capullo de rosa”.

Las ninfas habitan valles y zonas montañosas que poseen ríos o manantiales. A veces funcionan como séquito de dioses de mayor jerarquía como Dionisio, Artemisa, Hermes, Pan o Apolo.

Las hadas de los bosques son llamadas “dríades”. En griego, este vocablo significa “espíritu de los árboles”. Estas criaturas prosperan en la mitología helénica e hindú.

Desde que nacen, las dríades establecen un lazo con un árbol particular. Según la mitología celta, casi siempre se trata de robles (dado que el vocablo “drys”, en griego antiguo, significaba “roble”).

Antiguamente, los griegos creían que dentro de las bellotas vivían personas, mientras que las cariátides moraban siempre junto a un nogal. Las dríades, por su parte, fueron asociadas en el mundo helénico a árboles como las melíades o los fresnos.

Las dríades que habitan los árboles son llamadas “hamadríades” (por ejemplo, Atlantia).

Igual que las ninfas, estos seres podían disfrutar de una vida sumamente longeva. Sin embargo, cuando el árbol elegido moría, ellas compartían su mismo destino.

Es por esta razón que estas hadas-deidades infligían un duro castigo a los humanos que destruían los bosques sin antes ofrecer una hecatombe u ofrenda a las ninfas.

FUENTE: Marisa E./Linkmesh